- La inflamación crónica que genera esta enfermedad puede afectar al corazón, pulmón o riñón.
- Uno de cada 30 personas presenta este padecimiento y tres de cada cuatro son mujeres.
El primer sentimiento de José cuando comenzó a perder movilidad en los dedos de la mano derecha fue de inquietud, que se convirtió en temor al comenzar a padecer dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de la movilidad articular.
El mal que padecía José es conocido como artritis reumatoide, enfermedad reumática crónica que se caracteriza por la afectación de las articulaciones periféricas que son manos, pies, muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado a conocer que la enfermedad afecta entre 1 y 1.5 por ciento de la población del planeta, lo que representa que 1 de cada 30 personas pueden padecerla y de cada cuatro enfermos, tres son mujeres.
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica, sistémica autoinmune, potencialmente discapacitante y capaz de reducir la expectativa de vida, tiene un alto costo económico, social y psicológico e impacta significativamente calidad de vida de los pacientes.
“Además de dañar las articulaciones y los tejidos circundantes (tendones y músculos) que puede provocar una disminución de la movilidad y de la función articular, la inflamación crónica puede afectar a otros órganos como el corazón, el pulmón o el riñón”, dijo la doctora Marisol Torres Toledano, especialista de la Coordinación de Programas Médicos de la Delegación Estado de México Oriente del IMSS.
Explicó que este tipo de enfermedades son consideradas como enfermedades sistémicas o lo que es lo mismo, generalizadas; “además, si la inflamación es elevada y mantenida, puede provocar fiebre, cansancio, astenia, pérdida de peso y pérdida de apetito”.
“Las enfermedades reumáticas son causa sumamente importante de incapacidad en las personas en todo el mundo, en el 2015 existían datos que reportaban que 3 de cada 4 enfermos en México de Artritis son mujeres, señaló la especialista.
La doctora Torres Toledano habló de los factores de riesgo que se deben conocer, “el riesgo de padecer una artritis reumatoide aumenta con la edad, es más frecuente en las mujeres, pudiera ser hereditaria, el sobrepeso y la obesidad, así como el consumo de tabaco puede influir en la expresión clínica de la enfermedad, determinar un curso evolutivo más grave y una mayor destrucción articular”.
Un rasgo característico -aunque no siempre presente-es el de rigidez matutina, definida como “lentitud o dificultad para mover las articulaciones tras levantarse de la cama o tras permanecer en la misma posición un largo tiempo, afectando a ambos lados del cuerpo y que mejora con el movimiento”, comentó la especialista.
“Alrededor de los 18 meses posteriores al inicio de la enfermedad, los pacientes con artritis reumatoide, experimentan un deterioro importante en su capacidad funcional y nivel de bienestar emocional comparable a los de los pacientes con diabetes o falla cardiaca”.
La mayoría de las veces, la enfermedad afecta las articulaciones en ambos lados del cuerpo por igual, Las muñecas, los dedos de las manos, las rodillas, los pies y los tobillos son los que resultan afectados con mayor frecuencia.
“Hoy en día, existen múltiples tratamientos especializados que pueden modificar la evolución de la enfermedad, pero lo importante es que el especialista determine de manera oportuna el diagnóstico. Pero es importante concientizar a la población de la importancia de la enfermedad, y acudir a su médico familiar en caso de presentar alguno de los síntomas de esta enfermedad”, señaló la doctora Marisol Torres.
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